Introducción:
La cultura popular sustenta su propia sabiduría, la autenticidad de sus raíces culturales. Se busca, desde la práctica y la memoria colectiva, el hecho de contener la potencialidad de ese fluir en crecimiento que encierra lo concreto viviente: el pueblo en marcha.
El modelo impuesto a partir de la dictadura militar de 1976 con sus consecuencias políticas, sociales, económicas y culturales fue poblando la ciudad de «no lugares» creando desarraigo espacial, existencial y espiritual, sirviendo a lógicas instrumentales impuestas que fueron privándonos de espacios con símbolos y referencias que aportaban a la construcción de identidades comunitarias. Este modelo continuado hoy a escala mundial por la llamada «globalización» crea tensiones y ansiedades en la sociedad, expresando una crisis de sentido en un proceso de masificación donde todo parece correr en función del éxito personal y del consumismo alienante. Se fue perdiendo el sentido de proyecto y de trascendencia; hoy las comunidades son víctima de estos modelos y, los que anhelamos un país más justo, debemos resistir y emprender la reconstrucción. Por eso mismo nosotros entendemos que debemos volver a poblar los lugares comunitarios para cargarlos de simbolismos y proyectos, fomentando así la educación permanente en la solidaridad, la participación, el compromiso, el encuentro, la justicia, los valores comunes y la cultura del trabajo, contribuyendo así a la reconstrucción del tejido social.
La soberanía fundamental de una nación radica en su cultura, siendo ésta el factor que cohesiona nuestro pasado y nuestro presente con el futuro de la Argentina relacionándolo con la identidad de los pueblos Latinoamericanos, combatiendo así el desarraigo cultural que nos convierte en amorfos habitantes de un universo ajeno. Teniendo en cuenta también que durante todos estos años la forma de resistencia y participación en la sociedad se dio desde la cultura, más que desde la política ya que ésta (primero por la dictadura y después por la falta de transparencia de los gobiernos democráticos terminando en la crisis de 2001) fue perdiendo legitimidad en la sociedad. Por eso mismo nosotros elegimos el camino cultural para ayudar a la reconstrucción del todo social.
La cultura se nutre del caminar de un pueblo y se manifiesta a través de sus creadores en una actitud de escucha y de servicio. En nuestro país gran parte de la información cultural disponible en distintos medios de comunicación refleja un enfoque parcializado e influenciado por intereses particulares. No obstante y desde siempre han existido continuos y comprometidos intentos para buscar y rescatar documentación. Se reúnen los sucesos para analizarlos, interpretarlos, registrarlos y difundirlos. Se contextualizan procesos y sus interrelaciones, se esbozan teorías y se contribuye a la reconstrucción cultural llamada muchas veces «la otra historia» diferente a la difundida por los medios masivos y que no cuenta con el apoyo de los mismos. Como fruto de esos trabajos hoy contamos con un espectro de distintas visiones que son diferentes a las difundidas por los sectores dominantes.
Para buscar y facilitar el acceso a esos conocimientos y a la ampliación y ejecución de los mismos se crea el «Centro Cultural Estación Provincial» del Barrio Meridiano V, entendiendo por Cultural el conjunto complejo de los objetos que el pueblo crea, transforma, cultiva y despliega en sus distintas ramas gracias a las cuales el hombre se convierte en un ser trascendente.
Somos consientes de la intensa campaña que se efectúa sobre nuestro país a favor de que se realicen trabajos mediante corporaciones o fundaciones con intereses extranjeros que hacen una lectura de la realidad que nada tiene que ver con nuestros intereses, desalentando investigaciones propias. Una manera posible de revertir esta situación consiste en investigar la relación entre la Ciencia y la Política, esto es: entre el quehacer de la comunidad científica Argentina en todas sus ramas y el proyecto político del pueblo argentino, y dentro de esos marcos y en ese sentido, recién investigar la relación entre la ciencia pura y la ciencia aplicada.
Ayudaría a lograr ese objetivo hallar un pensar argentino original tomando como punto de partida el pensamiento popular. Es muy significativo que en un continente que lleva más de cinco siglos de vida «civilizada» aun nos hallemos en la situación de preguntar por la posibilidad de un pensar propio. Un pensar propio significa un pensar culturalmente arraigado.
Entendemos que en América Latina se levantan barreras entre un pensamiento «culto» (regido por un modelo de racionalidad científica y técnica que lleva al enciclopedismo) y un pensamiento popular (que es pensar un área marginal de nuestras naciones y de nosotros mismos).
Nosotros aún no logramos hacer una filosofía original precisamente porque estamos al margen del sujeto cultural americano. No somos auténticos porque nos limitamos a repetir una cultura del pensar que no es la nuestra creyendo ingenuamente en su universalidad. No nos queda otra que asumir lo que Rodolfo Kusch llamaría ese «sujeto filosofante de América, que no somos nosotros sino lo que llamamos pueblo».
Todo trabajo de investigación obliga a salir del cerco de la civilización en que se mueve el investigador pero eso no implica abandonar la racionalidad que opera en su pensamiento (de ahí que la investigación muchas veces revele culturalmente lo ya sabido).
Intentaremos que nuestras investigaciones estén abiertas a la posibilidad de que aparezcan racionalidades diferentes y quizás más profundas. De esta manera la investigación se convertirá en comunicación y surgirá la posibilidad de convivencia e interrelación entre los actores.
Por eso proponemos la investigación desde la acción, esto es, ir investigando mientras generamos un lugar de encuentro para la comunidad planteando acciones que provoquen una creatividad cooperativa orientada a la creación y gestión de microemprendimientos. Estos mismos rescatan y enseñan habilidades tanto en lo tradicional como en los aspectos de recreación, reciclado e imaginación puesta al servicio de una actividad gratificante, impulsada desde lo solidario rescatando valores comunes y fomentando la cultura del encuentro.
Tampoco perdemos de vista el aspecto simbólico por que toda actividad que maneje valores debe tener una impronta simbólica que haga que para los actores (sobre todo los jóvenes como movilizadores de la sociedad) esté legitimada y la tomen como propia.
Nuestro ideal es ir tratando de integrar a todos aquellos con ganas de participar desde su autenticidad, sabiendo que sin proyecto y horizonte simbólico no hay gestión que valga. Cada agente que participa debe hacerlo desde la experiencia «nutriendo y nutriéndose», ayudando así a fortalecer la propia identidad capacitándose en la acción, siendo ésta productora de sentido dentro de un marco de pertenencia ayudándolo a fomentar proyectos propios con autocontrol y autogestión apelando a la sabiduría de nuestras reservas culturales.
Fundamentación:
Hoy es necesario acrecentar en todos los niveles, la participación que afiance:
– La Justicia Social.
– La Solidaridad.
– El Protagonismo, dejando atrás la marginación.
– El ejercicio de una Libertad plena desde lo personal a lo colectivo.
– El desarrollo de la Soberanía Cultural.
Diseños culturales que ignoraban al pueblo, sumieron a grandes sectores de la población en la marginación, el abandono y la injusticia social.
Consecuentemente con esos diseños culturales elitistas, el sistema educativo no ha brindado canales permanentes para la expresión de las comunidades barriales.
Comunidades barriales que en la República Argentina, rural o urbana, habitan, construyen e imprimen una singularidad social y cultural, desde que comparten valores y asumen como propios un tiempo, un espacio y un lenguaje representativo.
Se comparte un tiempo desde lo cotidiano, las experiencias acumuladas, la memoria colectiva y una imagen prospectiva.
También el barrio es un ámbito de vinculación, contacto e interacción social donde hay un espacio para el tiempo libre y la conservación de pautas culturales básicas.
Es en la comunidad barrial donde se realiza el interjuego entre espacios cerrados: el hogar, y espacios abiertos: Centros Vecinales, Clubes etc. Espacios integradores, lúdicos, comunicativos y participativos.
Allí se da la resonancia recíproca entre los acontecimientos nacionales, regionales y barriales.
Es en la comunidad barrial donde se aglutina lo popular en el habitante, en su interacción con lo oficial y lo privado; es el ámbito en que se genera la cultura del pueblo, se recrea y se retroalimenta.
Es un espacio donde se generan las organizaciones libres: Sociedades de fomento, Clubes, Centros Vecinales; espacios de convivencia solidaria con su correlato de intercambio y fusión de códigos culturales de distinto origen y de argentinización de los más variados integrantes.
El barrio favorece la formación de un sentido de identidad y pertenencia, sustentados en compartir la vecindad y una microhistoria, llevada a integrarse a la historia general desde su particularidad.
Por todo esto entendemos que el «Centro Cultural Estación Provincial» del Barrio Meridiano V se adecúa a las necesidades de los que integran esta comunidad barrial, posibilitándoles canales de expresión y organización, intercambio y consolidación de su modo de vida. Esta asociación esta destinada a brindar un soporte de información, formación y análisis que colabore en la comprensión de los sucesos que ocurren en el mundo desde un punto de vista solidario, humano y popular tratando de fomentar una Argentina socialmente justa.
Esta institución es fruto del esfuerzo de los vecinos que desde 1988 estamos trabajando para darle vida a una vieja estación que quedó abandonada (con todo el simbolismo que esto tiene, el abandono del ferrocarril destruyó lazos de comunicación y cultura que eran muy importantes en la sociedad). En esta gestión vecinal se crean lazos de solidaridad y encuentro para la comunidad teniendo como ideal hacer de la estación un espacio donde la cultura y el arte sean los motores del barrio, los estandartes de los vecinos y así renovar el espíritu del lugar. Intentamos que todos puedan expresarse aportando entonces a la realización de una verdadera cultura del encuentro.
Objetivos:
Objetivos Generales:
Se desarrollan a través de seis ejes fundamentales:
Justicia Social.
Participación.
Soberanía Cultural.
Cultura del Trabajo.
Solidaridad.
Encuentro.
La idea es brindar información y capacitación teórico – práctica que genere planteos y conocimientos rescatando la memoria colectiva. Ayudar a resolver problemas con educación e inventiva y no esperando soluciones de tipo asistencialistas, sino creando los medios suficientes para la autoplanificación de proyectos propios.
Se implementan sistemas de educación no formal considerando que pueden dar orientación y sostén a los sectores marginados que no concurren a establecimientos educativos, complementar la función educadora en aquellos que lo hacen y permitir la expresión de su forma de vida.
Señalamos los siguientes objetivos a desarrollar:
Políticos:
Propender a cimentar, desarrollar y consolidar una comunidad organizada, mediante formas dinámicas de participación individual y organización grupal, favoreciendo procesos reflexivos que develen que el hombre es y debe ser sujeto de las transformaciones sociales que hagan posible un país políticamente soberano, económicamente libre y que se llegue a instaurar la justicia social como forma de vida, consolidando la democracia, los derechos humanos y asegurando la libertad, siempre recordando que el gobierno debe estar al servicio del pueblo.
Educativos:
Utilizar variables no escolarizadas ni formales y modelos participativos y de autogestión, dentro del sistema de educación no formal y formación profesional, que hagan posible en el seno de las comunidades barriales la consolidación de procesos de:
Educación Permanente.
Autogestión de la comunidad barrial.
Solidaridad para resolver la problemática barrial.
Organización nuclearizada (unificar los niveles educativos).
Regionalización.
Reafirmar la cultura del encuentro y del trabajo.
Consolidar la memoria colectiva.
Sociales:
Crear modelos de interacción generacional que coadyuden a la interrelación de las organizaciones libres del pueblo e instituciones intermedias como expresión organizada de la comunidad barrial, garantizando la participación irrestricta del todo social (Niños, Adolescentes, Generación Intermedia, Adultos Mayores) en proyectos grupales que utilicen el tiempo libre como expresión y consolidación del barrio en tanto espacio cultural.
Reflotar la cultura popular fomentando la soberanía cultural entendiendo que ésta fue abandonada implícitamente por casi todos los gobiernos de la historia del país respondiendo estos a miradas elitistas e imperialistas y que han llevado al pueblo argentino a la más absoluta marginación.
Objetivos Específicos:
Constituir grupos de: Niños, Adolescentes, Generación Intermedia, Adultos Mayores que funcionen en la institución. Realizando actividades acordes a sus intereses, apoyados por un docente capacitado, con el objeto de recomponer la cadena generacional, la memoria colectiva y así reconstituir el tejido social.
Llevar a cabo actividades compartidas entre los grupos en forma continua y periódica haciéndoles tomar pertenencia de la institución y el barrio.
Promover a partir de los grupos encuentros en la comunidad que brinden un marco permanente de integración.
Realizar la prevención en salud mediante la participación desde lo físico, lo psíquico, lo intelectual y lo espiritual.
Recuperar e integrar a personas marginadas o aisladas mediante la reconstrucción de vínculos sociales, la búsqueda y formación en valores y objetivos comunes.
Promover la educación permanente en la cultura del encuentro, del trabajo, la solidaridad, el ejercicio de la libertad, la justicia social, los derechos humanos, la soberanía cultural y la participación en la comunidad.
Metodología:
Nuestro proyecto se consolida desde las siguientes miradas:
A través del área de investigación y acción que realiza estudios en el marco de programas de análisis de la realidad propios y trabajos de consultoría para saber en qué estado se encuentra el área que investigamos, proponer y ayudar a realizar soluciones posibles siempre trabajando desde nuestro punto de vista resaltando la solidaridad, la libertad, lo humano y lo popular.
A través de un área de capacitación, realizando capacitaciones y acercando a la gente a programas y conocimientos que puedan ayudarlos a resolver su realidad concreta y poder impulsar valores de autogestión y solidaridad entre los actores de la comunidad.
En los grupos de trabajo de investigación y acción, los objetivos, las hipótesis de trabajo y la utilización de los resultados, como la misma metodología, serán definidos, desarrollados y evaluados con la participación activa de los grupos que lo implementen y la colaboración de un equipo técnico. Recién después de esta etapa se estará en condiciones de alcanzar un grado de sistematización mayor que permita sobrepasar lo inmediato de las situaciones más particulares.
Es objetivo de la metodología propuesta, conservar y profundizar la vigencia para la transformación social sabiendo que el hombre debe buscar el bien común teniendo en cuenta a sus semejantes con paciencia, alegría y solidaridad.
Los equipos técnicos de investigación y acción tendrán como fin la educación permanente en la cultura del encuentro y del trabajo impulsada desde la solidaridad, el ejercicio de la libertad, la justicia social, los derechos humanos, la soberanía cultural y la participación, teniendo en cuenta que no se puede hacer un trabajo intelectual sin considerar lo particular de una situación social y la participación concreta en el trabajo que se realiza.
El «Centro Cultural Estación Provincial» del Barrio Meridiano V funciona no solamente como un área de docencia, investigación, participación y acción, sino también como un área de aprendizaje recíproco entendiendo que el pueblo tiene saberes propios y conocimientos que no debe perder y debe retransmitir a sus distintos componentes.